En un informe demoledor de 140 página Greenpeace acusa al Gobierno del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva de financiar a través de Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) a los ganaderos, a quienes cataloga como los mayores destructores de la selva amazónica. El ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, de quien se rumoreaba días atrás que estaba dispuesto a dejar el cargo si el Gobierno no escuchaba sus reivindicaciones a favor de los proyectos ecológicos, calificó este lunes el informe como de la "máxima importancia" y coincidió con Greenpeace en señalar a los ganaderos como los mayores destructores de la Amazonia.
Sin embargo, el propio Lula aprovechó su programa semanal de radio para enfatizar que "cada vez más Brasil está dando lecciones al mundo de lo que hay que hacer para evitar la desforestación de la selva". El Presidente no respondió, sin embargo, a las acusaciones de Greenpeace, que hasta ese momento todavía no había divulgado su documento. Lula, a quien las encuestas vuelven a otorgarle un consenso popular del 80%, recordó que su gobierno había creado 25 millones de hectáreas de zonas de preservación en la Amazonia de las cuales, 10 millones iban destinadas a los indígenas. El dirigente suramericano hizo hincapié en que en 2008, en la Amazonia fueron destruídos sólo 11.968 kilómetros cuadrados, mientras que 1998, la cifra habia sido de 21.050.
Según el informe, el citado banco ha concedido créditos por miles de millones de dólares a las empresas ganaderas responsables del 80% de la deforestación de la selva. Cada 18 segundos se destruye una hectárea de selva. Según Greenpeace, a través de este banco público, el Gobierno ha formado alianzas con las cinco mayores empresas de la industria agropecuaria. Entre 2007 y 2009 esas empresas que exportan la mitad de la carne brasileña, recibieron 1.870 millones de de euros.
El informe revela que los ganaderos se han introducido hasta en áreas protegidas, algunas dentro de zonas concedidas a los indígenas, al mismo tiempo que se ha descubierto que muchos de estos ganaderos utilizan aún trabajo esclavo en sus haciendas. "La industria ganadera en Amazonia", afirma Greenpeace "es el mayor causante de destrucción de la selva del mundo, responsable de una de cada ocho hectáreas destruidas globalmente". Según el informe "los esfuerzos para reducir las emisiones globales deben incluir cambios en el modo de producción del sector".
El problema es que Brasil, que en otros campos, es pionero en recursos naturales como la energía limpia, posee el mayor rebaño de ganado del mundo y es el mayor exportador de carne del planeta. De cada tres toneladas de carne comercializadas en 2008 en el mundo, una llevaba el cuño de Brasil. La preocupación de Greenpeace es que el Gobierno piensa en duplicar la participación brasileña en la producción mundial de carne hasta 2018 sin tomar medidas para que frenar la sangría de la destrucción de la Amazonia. El pan del Gobierno es que en esa fecha Brasil ofrezca dos de cada tres toneladas de carne comercializadas en el mundo.
Según André Muggiati, coordinador del informe de Greanpeace, el estudio revela cómo la destrucción de la Amazonia está conectada al mercado mundial. "La situación es gravísima", afirma. "El Gobierno brasileño tiene un papel fundamental porque invierte en industrias localizadas en la Amazonia, que, al desarrollarse estimulan la destrucción progresiva de la selva".
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