viernes, 13 de noviembre de 2009

La crisis de los tiburones

Tiburón oceánico fotografiado cerca de la costa egipcia. | Cvf-ps-

Tiburón oceánico fotografiado cerca de la costa egipcia. | Cvf-ps-

La creciente demanda de tiburones, muy apreciados por su carne y aletas y sus nuevos mercados de destino, ha puesto en peligro de extinción a un tercio de estos animales, por lo que la regulación de su pesca sería un primer paso para preservarlos.

Con ese fin, Estados Unidos y la Unión Europea proponen limitar el intercambio comercial de ocho especies de tiburones, lo que constituiría la primera regulación efectiva sobre pesca en alta mar. Esa decisión depende de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que en marzo de 2010 podría aprobar el primer sistema de regulación en alta mar provisto de un mecanismo de cumplimiento.

"De ser aprobadas las propuestas de Estados Unidos y la Unión Europea, se establecerían las reglas del juego para la pesca en alta mar, donde ningún país tiene jurisdicción", dijo el portavoz de la CITES, Juan Carlos Vásquez. El portavoz aseguró que el comercio de tiburones siempre ha sido un problema y explicó que anteriormente la amenaza se centraba sobre todo en especies llamativas como el tiburón ballena, conocido por ser el pez más grande que existe.

Sin embargo, esta tendencia ha cambiado y en la actualidad la caza de tiburones se debe mayoritariamente a los nuevos mercados de su carne y a la gran demanda de aletas en Asia, donde es el ingrediente principal de una sopa muy apreciada por los restauradores y los consumidores.

El tiburón oceánico es una de las especies más afectadas por este incremento de la demanda internacional, que "ha causado una disminución de entre el 60 y el 70 por ciento de la especie en el Océano Atlántico", según la propuesta americana entregada a la CITES. En este mismo sentido, un estudio del Grupo Especialista en Tiburones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicado el pasado junio denunciaba que un tercio de los tiburones de los océanos abiertos están en peligro de extinción, principalmente debido a la pesca excesiva.

Reducción del volúmen de capturas

Con el objetivo de limitar su comercialización, Estados Unidos propuso introducir seis especies de tiburones en el Apéndice 2 de la CITES, donde se incluyen especies que no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, pero cuya comercialización debe controlarse a fin de que sea compatible con su supervivencia. Esta propuesta se debatirá en la XV Conferencia de las Partes de la CITES que se celebrará el próximo marzo en Doha (Qatar), donde la Unión Europea volverá a intentar incluir en el Apéndice 2 otras dos especies de tiburones cuya protección ya pidió en 2007.

"En el caso de que fueran aprobadas por CITES las propuestas, los estados tienen 90 días para presentar una reserva y no tener así que cumplir con las limitaciones de comercio de estas especies", explicó Vásquez. Así, los países que se nieguen a aceptar la normativa podrían continuar la comercialización de la especie, aunque en la práctica el volumen de negocio suele reducirse drásticamente al cerrar otros estados sus barreras a estos productos.

Según las reglas de CITES, esta convención puede imponer una amonestación, establecer un cupo de exportación u obligar a la suspensión del comercio de determinadas especies a los países que no cumplan sus obligaciones de preservar la flora y fauna bajo su protección. Vásquez destacó que en los 35 años que lleva la CITES en funcionamiento "nunca se han extinguido ninguna de las especies bajo su protección debido al comercio. Si han desaparecido es por problemas que no puede controlar la Convención, como el ataque de especies invasoras".

Hallan en Francia el marsupial más 'viejo' de Europa

Molar del marsupial. | Foto: MNHN CNRS - RENNES1

Molar del marsupial. | Foto: MNHN CNRS - RENNES1

Los paleontólogos suelen decir que el continente europeo es Terra ignota en lo que se refiere a la historia de los primeros mamíferos que lo habitaron. Son muy escasos los restos de esta clase de vertebrados que se han encontrado del Cretácico y, por ello, cuando uno sale a la luz se considera un pequeño tesoro. Este es el caso de unas cuantas piezas dentales que han sido desenterradas en el departamento francés Charente-Maritime, al este del país, bajo cinco toneladas de sedimentos.

Según sus descubridores, pertenecen a un pequeño marsupial que vivió hace 99 millones de años, por lo que, aseguran, podrá dar importantes pistas sobre los mamíferos que ocuparon Europa antes de la gran extinción que tuvo lugar al final del Cretácico, hace unos 65 millones de años. Es, según aseguran, "uno de los más viejos y primitivos marsupiales conocidos en el mundo" y, desde luego, el mas antiguo representante europeo de los modernos terios (subclase de mamíferos cuyo embrión se desarrolla en el interior del útero, en lugar de en el huevo).

Hallazgo francés

Los dientes de este ejemplar fueron localizados por un equipo de paleontólogos del Museo de Historia Natural (CNRS) francés y de la Universidad de Rennes 1. Pertenecen, según el estudio que publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS) a un marsupial de la especie que han bautizado como 'Arcantiodelphys marchandi'.

Entre las aportaciones de estos fósiles dentales mencionan que ayudarán a mejorar el conocimiento sobre la historia de los marsupiales en general, que hasta ahora sólo ha sido conocida a través de los restos encontrados en Norteamérica.

Es más, consideran que podría confirmar las relaciones que hubo entre la fauna de estas dos grandes áreas continentales durante el Cretácico medio, cuando creen que pudo existir una gran paleoprovincia euroamericana.

Por otro lado, también dan nueva información sobre las rutas de dispersión que siguieron estos pequeños mamíferos, que pudieron transcurrir entre Asia y Europa, y no desde Norteamérica hacia este continente, como parecían indicar los fósiles hasta ahora.

Dos activistas españoles de Greenpeace, detenidos en una protesta en Indonesia

Pablo Méndez encadenado a una excavadora de la compañía papelera. | Greenpeace.

Pablo Méndez encadenado a una excavadora de la compañía papelera. | Greenpeace.

Las autoridades de Indonesia han arrestado a dos miembros de Greenpeace de nacionalidad española por encadenarse a las excavadoras de una empresa papelera que estaban derribando árboles en las selvas de Sumatra, según ha confirmado el grupo ecologista.

Los dos voluntarios, el madrileño Jesús Roller Fernández y el coruñés Pablo Méndez López, fueron detenidos este jueves y se encuentran junto con otros 32 activistas arrestados en las dependencias policiales de la localidad de Pangkalan Kerinci, en la provincia de Riau. "Estamos aquí para combatir la deforestación, el cambio climático y los intereses de algunos a corto plazo", aseguró poco antes de su detención Jesús Roller. Méndez agregó que participar en esa campaña era "su grano de arena" en la lucha contra el calentamiento global.

Además de los españoles entre los detenidos se encuentran ciudadanos de Brasil, Alemania, Bélgica, Filipinas, Finlandia e Indonesia, y todos ellos se hallan incomunicados. "La policía está interrogando a los activistas y existe la posibilidad de que los extranjeros sean deportados", aseguró a Efe Bustar Maitar, responsable de las campañas forestales en Greenpeace-Indonesia.

Por su parte, la Embajada de España en Indonesia aseguró que hasta el momento no ha recibido ninguna confirmación oficial por parte del Gobierno de Indonesia de la detención de estos dos voluntarios, que cuentan con experiencia en acciones similares.

Greenpeace abrió hace dos semanas un campamento en la provincia de Riau, una región en un fuerte proceso de conversión, para llamar la atención sobre la deforestación que padece Indonesia y para ligarla al cambio climático de cara a la cumbre mundial de Copenhague. La acción incluía repercusión mediática, formación de comunidades locales y la construcción de varias presas en los canales abiertos por el gigante papelero Asia Pacific Resources International Holding Limited (APRIL) para desecar extensas zonas de bosque que ha obtenido del Gobierno para su explotación, un paso previo a su tala.

Deforestación en Indonesia

Greenpeace reivindicó la acción asegurando que (APRIL) está "destruyendo los bosques húmedos para dejar paso a plantaciones en las que producir pulpa y papel para clientes internacionales". "Estamos construyendo una presa para evitar que este ecosistema se deshidrate. Estos suelos son especialmente ricos en nutrientes y CO2 (dióxido de carbono) gracias a la temperatura y la humedad del trópico y morirá si le quitan el agua", explicó Roller.

Kampar, considerado por Greenpeace el epicentro de la deforestación en Indonesia, es una extensión de unos 700.000 hectáreas -el tamaño del País Vasco-, de bosques húmedos, en su mayoría turberas. Desde 2002, el 43% han sido talados o degradados y el gobierno ha entregado el resto en concesiones productivas a papeleras, madereras y plantaciones de aceite de palma -en auge por los biocombustibles-, preservando sólo 40.000 hectáreas.

Greenpeace sostiene que talar estos bosques, además de acabar con un rico ecosistema y acelerar el cambio climático, es ilegal en la legislación indonesia y exige al Gobierno que le retire a APRIL los permisos. "Es David contra Goliat. Vivimos en una aldea global y lo que está pasando aquí afecta al planeta entero", argumentó Méndez. "Están arruinando el entorno. Los beneficios económicos (que generen estas empresas) son pan para hoy y hambre para mañana", sentenció Roller.

El grupo ecologista hizo un llamamiento que a los jefes de Estado y Gobierno de 21 países, entre ellos Estados Unidos e Indonesia, que se reúnen este fin de semana en Singapur en el encuentro anual del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC). Indonesia, el tercer país del mundo con la mayor masa boscosa, es el tercer mayor emisor de CO2, por detrás tan sólo de China y Estados Unidos, debido principalmente a la deforestación.