Sopa de aleta de tiburón 'made in Spain'
- En 2007 España capturó 60.000 toneladas de tiburones para cortales las aletas
Nada menos que 60.000 toneladas de tiburones capturó nuestro país en 2007. Si el peso medio de los escualos capturados fuera de 30 kilos, significaría la considerable cifra de dos millones de ejemplares. Los datos provienen del propio Gobierno y forman parte del informe que hoy hace público Shark Alliance, una organización internacional en la que participan 70 ONG, cinco de ellas españolas.
Para llevar a cabo tan gigantesca carnicería marina, cientos de barcos españoles se desplazan a todos los mares del planeta. Arrastreros, palangreros y cerqueros persiguen todo el año y sin limitaciones a cualquier especie de tiburón o raya que se les ponga a tiro.
¿Para qué? Para participar en el lucrativo negocio de la venta de aletas de tiburón destinadas a la cocina oriental, donde son muy apreciadas y alcanzan un elevado precio. También extraen del tiburón el aceite del hígado y otras vísceras para la industria de la cosmética y la farmacéutica.
Y el resto del tiburón -que viene a ser el 95% del peso- se tira por la borda. Puesto que el precio de la carne es un 95% más bajo que las aletas, al barco no le interesa cargar todo el viaje con una carne que, aunque comestible, no merece conservarse en la bodega en las largas travesías.
España juega un papel preponderante en la importación y exportación de productos derivados del tiburón. En 2005, España se situó tan sólo por detrás de Taiwán en la exportación de productos derivados del tiburón y se colocó entre China y Corea del Sur en cuanto a la importación de los mismos.
La flota española es la cuarta a nivel mundial en esta pesquería, y la primera de la UE.
Aunque la UE y España prohibieron cercenar las aletas de tiburón, las lagunas legales de la normativa y los permisos excepcionales permiten su uso. De hecho, las embarcaciones españolas con estos permisos informaron de la descarga de 1.613 toneladas de aletas de tiburón en 2007.
Nuestro país es uno de los cuatro miembros de la UE que otorgan esos permisos especiales a pescadores para que éstos puedan proceder a la extracción de aletas de tiburón en alta mar, impidiendo así la prohibición de la UE del finning (práctica que consiste en cercenar las aletas y arrojar el resto del cuerpo al mar).
Cortar las aletas
Shark Alliance afirma que «España es el país que ha otorgado el mayor número de estos permisos (164 en 2006), cantidad suficiente para permitir que casi dos tercios de su flota pesquera de palangre atenten contra la norma comunitaria».
Los eslamobranquios (tiburones y rayas) se han convertido en pocos años en el grupo de especies más amenazados del océano debido a su persecución.
Su baja tasa de reproducción, unido a que su madurez sexual es tardía, están dejando los mares sin depredadores. Con ello, el equilibrio ecológico se está desmoronando, aseguran en Shark Alliance.
Los españoles conocen esta situación, pero ignoran que ellos mismos tienen en su dieta de pescado dos especies de tiburones: el marrajo y el cazón, que figuran como vulnerables en la lista de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
Una encuesta realizada por TNS Demoscopia para la ONG española Submon revela que aunque el 96% de los encuestados aseguraba no comer tiburón, el 76% de ellos ignoraba que las dos especies citadas, con las que se elabora el conocido como bienmesabe, son tiburones. Cerca del 33% de los consumidores consultados reconocían que consumían estas especies.
La contradicción va más lejos, puesto que en otra encuesta llevada a cabo el año pasado, el 95% de los españoles preguntados se mostraba de acuerdo con que se tomen medidas para proteger a las especies de tiburón en peligro y se fijen límites de capturas.
En cualquiera de los casos, el Gobierno no ha tomado ninguna medida para evitar la sobrepesca. Además de informar de manera inexacta a las autoridades internacionales, no ha regulado la pesca de ninguna especie de tiburón, aunque ya figuren en peligro de extinción.
No sólo eso, los representantes de España en la UE, presionan para debilitar la prohibición del cercenado de aletas, frente al intento de endurecer la norma de Reino Unido, Alemania y Francia, aseguran en Shark Alliance.
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