El veterinario Alvaro Robles señaló que "esta persona trató de quemar el sustrato, que era de paja, cuando lo pilló un cuidador". solicitaron al pirómano abandonar el lugar, pero se resistió, ya que alegaba que había pagado su entrada.
Otro caso es el de un coatí, pequeño carnívoro de nariz larga y cola erizada. "Un día lo noté enfermo, y estuvo muy mal, hasta que falleció. Como veterinario me corresponde hacer la necropsia a todos los animales y cuando lo abrimos encontramos en su estómago varias de esas tapas metálicas de encendedor, de las que cubren la parte por donde sale la flama", detalló.
A varios de los ejemplares del zoológico han intentado darles como alimento, monedas, alambres, golosinas, chicles, palos de helado, tornillos y encendedores.
Increíblemente la amenaza fatal no es sólo para los animales, también ronda a las personas, ya que un particular cruzó la barrera de protección que marca la distancia segura entre el público y el popular rey de la selva. "Pasó y empezó a tomarse fotos pegado a la jaula del león, no quiero imaginar lo que podría haber pasado, por esa actitud irresponsable", dijo Robles, según consignó Crónica.
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