Algo que me ha sorprendido mucho desde pequeña ha sido el maltrato que se dan a muchos animales en el zoológico. No ha sido hasta este fin de semana que he podido visitar tanto el Zoológico de Jeréz de la Frontera como Selwo en Estepona, cuando me he dado cuenta de que la gente ignora los carteles puestos por los encargados en el cuidado en el zoológico.

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Un “Por favor, no dar de comer a los animales”, creo que es una frase clara y concisa. Aun así, en ambos zoológicos he visto como padres, hijos y grupos de amigos se divertían dandole de comer todo tipo de “chucherías” a aves, mamíferos e ¡incluso reptiles!

Lo que más me llamó la atención fue un cartel que había en la zona de Chimpancés del zoológico de Jeréz que decía algo asi como ” Por favor, no dar cigarrillos a los chimpancés”. ¿a quien se le ocurre en un zoológico o en cualquier sitio darle un cigarro a un mono? ¿tanto tenemos que rebajar al pobre animal viendo como exala el humo de un cigarrillo? ¿no saben que tambíen pueden hacer mella en su jaula si el animal tira el cigarro y este prende?

Pero no solo con eso, en mi paseo, aunque agradable, me topé con un padre que incitaba en darle a una Cabra un “Chupa-chups”. Tuvo que llamarle la atención uno de mis compañeros de grupo para que dejara su acción de dar la golosina a través de la jaula. Aun asi, cuando nos fuimos, quizás siguieran con su intento.

Otro caso muy llamativo fue en Selwo, una familia, al ver que unos Cocodrilos no se movían, se dispusieron a lanzarles guijarros y piedras que había cercanas para que estos se movieran. Una cosa es llamar a un animal con la voz, eso no molesta ni al animal ni a nadie, otra es arrojarle piedras, sea un cocodrilo, como si fuera un perro.

Creo que la gente solo piensa que un cocodrílo solo debe atacar a la gente, no tumbarse. Que un mone debe fumar y hacer gracias, e incuso que un tigre no debe hacer siesta nunca, solo rugir y moverse.

Quizás sea solo mi impresión, pero creo que no tenemos respeto ninguno hacia los animales que encontramos en los parques zoológicos. No me voy a meter en la casa de cada uno. Pero si quiero alzar la voz en protesta de estas personas que se divierten dando palomitas, cacahuetes, bolsas de plástico o tirandole piedras a un animal para que haga algo que a ellos les guste.

Por mi parte, seguiré paseando y contemplando con la mirada a estos exóticos animales que no podemos ver en el día a día. Y seguiré viendo seguramente como siguen maltratando de esa manera o sin control alguno en los zoológicos a los animales.

No todos los actos son malos, pero se debería tener algo de cabeza antes de hacer algo, por gracia