La elefanta "vive ahora momentos felices" al lado de su inseparable amiga Kaiso y del enorme galán de 5 toneladas de peso Luka, quien la acepto a su lado , según recordaron las mismas fuentes.
Petita arrastraba desde pequeña un pasado en solitario alejada de la interacción social con otros miembros de su especie, algo que la marcó y que posiblemente le ha dejado secuelas a nivel psicosomático.
Esto se tradujo no sólo en un primer rechazo por parte del macho Baba y su cohorte de hembras en aquel entonces, sino también en una baja señal en la producción de hormonas sexuales en intensidad suficiente como para provocar el estímulo sexual en los machos de una manada.
Esta situación, lejos de ser irreversible, dio un vuelco el año pasado, cuando apoyada por otra elefanta y amiga inseparable de nombre 'Kaiso', Petita no sólo fue aceptada en la manada sino que empezó a despertar el interés del macho Luka, un joven ejemplar de cinco toneladas de peso.
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