Dos activistas españoles de Greenpeace, detenidos en una protesta en Indonesia
Pablo Méndez encadenado a una excavadora de la compañía papelera. | Greenpeace.
Las autoridades de Indonesia han arrestado a dos miembros de Greenpeace de nacionalidad española por encadenarse a las excavadoras de una empresa papelera que estaban derribando árboles en las selvas de Sumatra, según ha confirmado el grupo ecologista.
Los dos voluntarios, el madrileño Jesús Roller Fernández y el coruñés Pablo Méndez López, fueron detenidos este jueves y se encuentran junto con otros 32 activistas arrestados en las dependencias policiales de la localidad de Pangkalan Kerinci, en la provincia de Riau. "Estamos aquí para combatir la deforestación, el cambio climático y los intereses de algunos a corto plazo", aseguró poco antes de su detención Jesús Roller. Méndez agregó que participar en esa campaña era "su grano de arena" en la lucha contra el calentamiento global.
Además de los españoles entre los detenidos se encuentran ciudadanos de Brasil, Alemania, Bélgica, Filipinas, Finlandia e Indonesia, y todos ellos se hallan incomunicados. "La policía está interrogando a los activistas y existe la posibilidad de que los extranjeros sean deportados", aseguró a Efe Bustar Maitar, responsable de las campañas forestales en Greenpeace-Indonesia.
Por su parte, la Embajada de España en Indonesia aseguró que hasta el momento no ha recibido ninguna confirmación oficial por parte del Gobierno de Indonesia de la detención de estos dos voluntarios, que cuentan con experiencia en acciones similares.
Greenpeace abrió hace dos semanas un campamento en la provincia de Riau, una región en un fuerte proceso de conversión, para llamar la atención sobre la deforestación que padece Indonesia y para ligarla al cambio climático de cara a la cumbre mundial de Copenhague. La acción incluía repercusión mediática, formación de comunidades locales y la construcción de varias presas en los canales abiertos por el gigante papelero Asia Pacific Resources International Holding Limited (APRIL) para desecar extensas zonas de bosque que ha obtenido del Gobierno para su explotación, un paso previo a su tala.
Deforestación en Indonesia
Greenpeace reivindicó la acción asegurando que (APRIL) está "destruyendo los bosques húmedos para dejar paso a plantaciones en las que producir pulpa y papel para clientes internacionales". "Estamos construyendo una presa para evitar que este ecosistema se deshidrate. Estos suelos son especialmente ricos en nutrientes y CO2 (dióxido de carbono) gracias a la temperatura y la humedad del trópico y morirá si le quitan el agua", explicó Roller.
Kampar, considerado por Greenpeace el epicentro de la deforestación en Indonesia, es una extensión de unos 700.000 hectáreas -el tamaño del País Vasco-, de bosques húmedos, en su mayoría turberas. Desde 2002, el 43% han sido talados o degradados y el gobierno ha entregado el resto en concesiones productivas a papeleras, madereras y plantaciones de aceite de palma -en auge por los biocombustibles-, preservando sólo 40.000 hectáreas.
Greenpeace sostiene que talar estos bosques, además de acabar con un rico ecosistema y acelerar el cambio climático, es ilegal en la legislación indonesia y exige al Gobierno que le retire a APRIL los permisos. "Es David contra Goliat. Vivimos en una aldea global y lo que está pasando aquí afecta al planeta entero", argumentó Méndez. "Están arruinando el entorno. Los beneficios económicos (que generen estas empresas) son pan para hoy y hambre para mañana", sentenció Roller.
El grupo ecologista hizo un llamamiento que a los jefes de Estado y Gobierno de 21 países, entre ellos Estados Unidos e Indonesia, que se reúnen este fin de semana en Singapur en el encuentro anual del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC). Indonesia, el tercer país del mundo con la mayor masa boscosa, es el tercer mayor emisor de CO2, por detrás tan sólo de China y Estados Unidos, debido principalmente a la deforestación.
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