domingo, 8 de febrero de 2009

La crueldad de la cacería de ballenas



Un punto fundamental de la objeción de WDCS a la cacería de ballenas es la crueldad inherente a las prácticas modernas de cacería. La cacería de ballenas es usualmente descripta como un “juego de números” basado principalmente en la gran preocupación de que la cacería comercial, impedirá a las poblaciones de ballenas de especies amenazadas o en peligro, recuperar los niveles de abundancia previos a la explotación.

Debido a las dificultades bajo las cuales tiene lugar la cacería de ballenas, que involucra alcanzar blancos en movimiento, en el mar, desde una plataforma en movimiento, y el hecho de que hay siempre un elemento de persecución involucrado, WDCS cree que esta actividad nunca podrá ser realizada en una forma humanitaria y debería cesar tan sólo por el hecho de tener en cuenta cuestiones de bienestar animal.

Tiempo hasta la muerte
Las naciones pro-balleneras son reacias a proveer sets completos de datos sobre el tiempo que le lleva morir a una ballena que ha sido impactada o los detalles completos sobre las ballenas que son alcanzadas con arpones o rifles, y son perdidas. Esta renuente actitud para cooperar y proveer dichos datos, indica que la industria ballenera puede tener algo que ocultar y que esta información podría exponer el terrible destino de los “outliers” (es decir, las ballenas a las que le lleva más tiempo morir). En cambio, se reportan “Tiempos hasta la Muerte” promedio, enmascarando los detalles de las ballenas que sufren por más tiempo, y protegiendo a la industria ballenera de críticas originadas a partir de esta información.

De la limitada cantidad de datos provistos a la Comisión Ballenera Internacional (CBI o IWC por sus siglas en inglés) es evidente que el “Tiempo hasta la Muerte” promedio, de ballenas muertas en cacerías comerciales y “científica”, está por encima de dos minutos. Para ballenas muertas durante las cacerías de Subsistencia Aborigen, el tiempo promedio para matar una ballena es mucho mayor.

Ballenas impactadas y perdidas
Muy poco se sabe sobre las ballenas que son impactadas por un arpón o rifle, pero luego escapan heridas. Estas ballenas son conocidas como “Impactadas y Perdidas” (“Struck and Lost”). Es difícil imaginar que alguna nación tolerara un porcentaje comparativo de animales en un frigorífico, que fueran impactados y perdidos, y que luego escaparan a un destino desconocido. Aún así, las ballenas “Impactadas y Perdidas” son una característica persistente en todas las operaciones de captura de ballenas y delfines. Por ejemplo, en las cacerías de narvales de Groenlandia, una combinación de animales sub-reportados y de animales impactados y perdidos agregan en promedio 42% a las estadísticas de captura para 1954-1998. Las ballenas “Impactadas y Perdidas” que sobreviven pueden ya sea morir lentamente, o vivir con heridas dolorosas o debilitantes, e infecciones asociadas. La magnitud de los asuntos de bienestar animal asociados con las ballenas “Impactadas y Perdidas” no debería ser subestimada.

Métodos de matanza y precisión
En 1978, Sir Sydney Frost concluyó, en su reporte al gobierno australiano sobre matanza humanitaria y cacería de ballenas, que “… hay una diferencia significativa en los métodos usados para la matanza de ballenas y las prácticas humanitarias requeridas por ley, para el sacrificio del ganado vacuno, ovino y porcino. En la mayoría de los frigoríficos y establecimientos similares, el animal es aturdido instantáneamente e inmediatamente matado, muriendo cuando aún está inconsciente…”.

Cerca de treinta años más tarde, muy poco ha cambiado. Las ballenas no son aturdidas efectivamente antes de aplicarles un método de matanza, ni tienen garantizada una muerte humanitaria ya sea cuando son impactadas con un arpón o con un rifle. La mera existencia y el uso frecuente de “Métodos Secundarios de Matanza” durante todas las operaciones de cacería de ballenas, es testimonio de la dificultad de realizar un impacto inicial preciso e inmediatamente efectivo, usando un arpón o rifle como método para matar ballenas en el mar.

Matando ballenas con armas de bajo calibre
En años recientes el número y rango de especies muertas durante la llamada “Cacería Científica” se ha incrementado, aunque ha sido mínimo el esfuerzo para adaptar las armas utilizadas a las características de las especies actualmente cazadas.

Podría esperarse que 510 a 529 ballenas minke no mueran instantáneamente en el nuevo y expandido programa de cacería japonés en Antártida1 (JARPA II), basados en los reportes de Tasas de Muerte Instantánea para ballenas minke capturadas en las cacerías previas japonesas en el Antártico.

Un caso de estudio presentado al Taller de la CBI sobre Métodos de Matanza de Ballenas en 2006, usó datos de las “Cacerías Científicas” japonesas previas para generar conciencia en relación con la matanza de ballenas fin (la especie más grande capturada actualmente en cualquier operación de cacería comercial o científica). Las ballenas fin son la segunda especie más grande de ballenas; son reconocidas por nadar a grandes velocidades (que puede presentar dificultades asociadas con la realización de un “golpe” preciso) y son doce veces más pesadas que las ballenas minke, la presa más común del Programa de Cacería Antártico Japonés (JARPA).

El caso de estudio advirtió que:

  • Otras especificaciones de arpón o granada, más allá de la carga de explosivos de pentrita, pueden afectar la eficiencia (tales como el diámetro del arpón, masa y velocidad, características todas que influencian la penetración). También se advirtió que aunque Japón puede haber incrementado la carga de pentrita para matar ballenas fin, se utilizaron arpones de 90mm en especies más grandes durante la cacería comercial previa a la moratoria. Pero continúa no siendo claro si Japón ha re-instalado estos nuevos arpones más grandes y cañones para matar ballenas fin y otras especies de grandes ballenas, o si continua usando los arpones más chicos, que son utilizados para matar las ballenas minke, mucho más pequeñas.
  • Las características específicas de la especie, además del tamaño, como el grosor y composición del blubber (capa de grasa subcutánea en los cetáceos), anatomía del cráneo etc., pueden influenciar también la eficacia de un arma particular;
  • Los asuntos de bienestar animal deberían ser la primera consideración en cualquier propuesta de cacería de ballenas con “propósitos científicos” y la naturaleza humanitaria de la matanza debería ser de suma importancia; y
  • la Convención Internacional para la Regulación de la Cacería de Ballenas (el tratado que gobierna la cacería de ballenas y bajo la cual la CBI ha sido establecida) otorga poderes a la CBI para adoptar regulaciones concernientes a las armas utilizadas durante las actividades de cacería.

Continúa luego recomendando que debería prestarse especial atención al uso de armas de menor poder para matar a especies de grandes ballenas durante la “Cacería Científica”.

¿Cuándo está muerta una ballena?
Una pregunta que la CBI ha tratado de resolver durante algún tiempo, pero que permanece no resuelta, es la cuestión de encontrar indicadores apropiados para determinar cuándo una ballena es insensible al dolor y cuándo está muerta. Las ballenas están adaptadas para retener su respiración y los indicadores usuales que podrían aplicarse para determinar el nivel de consciencia y vitalidad de un mamífero terrestre, pueden no ser fácilmente aplicados a las ballenas durante las operaciones de cacería. El criterio actual usado por la CBI (y los balleneros) para determinar cuando una ballena está muerta son:

  • Relajación del maxilar inferior;
  • O, falta de movimiento de las aletas pectorales;
  • O, hundimiento sin movimiento activo.

Existe una preocupación significativa dentro de la comunidad científica que estos criterios sean inadecuados para determinar tanto los niveles de conciencia en las ballenas cazadas, como de la muerte de las mismas. Hasta que se desarrollen métodos robustos y prácticos para determinar la muerte en ballenas cazadas, es difícil validar cualquier dato sobre “Tiempo hasta la Muerte” provisto por las naciones pro-balleneras. Por lo tanto, la verdadera extensión de los problemas de bienestar animal asociados con la cacería de ballenas pueden estar actualmente subestimados.

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